19 oct 2010

...

Recuerdo el día que me miraste, al igual que la primera vez que me rozaste suavemente con la mano. Aquel día me enamoré de ti.
Nada más me importaba entonces, sólo tú. Los días pasaban como estrellas fugaces, y los amaneceres y atardeceres me recordaban a ti.  Pero todo se volvió oscuro cuando me di cuenta de que yo para ti no significaba nada. Maldecía cada día de mi vida porque tu no sentías lo mismo por mi, me costaba horrores pasar página y sacarte de mi cabeza.
 Pasaron los años y poco a poco empecé a olvidarte. Incluso había días que no aparecías en mis pensamientos y noches en las que no soñaba contigo. Pero seguía siendo difícil.
He intentado ser feliz todo este tiempo, te lo prometo, pero no he podido sin ti. Tus recuerdos son lo único que me da fuerzas para seguir adelante, jamás olvidaré tu sonrisa. Han pasado algunos años desde entonces y aún sigues en mi corazón. No espero que me contestes a esta carta, no tengo fe alguna, pero necesitaba decírtelo… que sepas que te quiero. Te quiero más que a mi propia vida, y siempre será así…

No hay comentarios:

Publicar un comentario